Por qué no se aclaran sobre la relación Cataluña-España?
La última sorpresa en las manifestaciones de los dirigentes políticos catalanes ha llegado de la jefa del Partido Popular en aquella comunidad, Alicia Sánchez Camacho. De su intervención en un foro de debate en Barcelona, todos los periódicos han destacado su petición de un“autonomismo diferencial” para Cataluña.
Al “derecho a decidir” tantas veces reiterado por Artur Mas y al que se apuntan los socialistas catalanes, se añade el federalismo, también del PSC y ahora el autonomismo diferencial del PPC. De las tres propuestas, a cual másindefinida y abstracta, la de Sánchez Camacho quiere ser fiel a la posición del Partido Popular de no cambiar el estado de las autonomías y a la vez parece hacer un guiño a los nacionalistas con el adjetivo diferencial.
La construcción lingüística “autonomismo diferencial” señala a Cataluña como un territorio diferente al resto de España. Como ese resorte de la diferencia siempre funciona con el espíritu nacionalista, la dirigente catalana del PP fue más allá en su discurso para proponer una financiación “singular” para Cataluña.
De esta forma, Alicia Sánchez Camacho desdice o se aleja todo lo que su partido en Madrid y ella en Cataluña han mantenido hasta ahora: no al cambio de modelo de estado y no al pacto fiscal que pide Artur Mas para gozar de un régimen como los del País Vasco y Navarra.
No se sabe qué cambios legislativos exigiría el autonomismo diferencial ni hasta dónde llegaría el estatusfiscal singular. Del mismo modo que no está claro si Artur Mas quiere un estado independiente y fuera de la UE o se conforma con prometer un referéndum que no podrá celebrar o le basta con que Cataluña recaude todos los impuestos y reduzca su aportación a la caja común de los españoles.
Semejante nivel de confusión alcanzan los mensajes del PSC sobre un estado federal que no logran definir, contra el independentismo pero a favor del referéndum que promete Mas y con frecuentes contradicciones de los pronunciamientos socialistas en Madrid y en Barcelona.
La explicación más inmediata a la confusión que muestran los partidos políticos catalanes sobre la relación deCataluña con España es que no saben exactamente lo que quieren y están dispuestos a decir cualquier cosa que llame la atención. Sin descartar otra causa: mientras se envuelvan en el discurso de la territorialidad y la identidad, se consideran exentos de hablar de los problemas acuciantes de la crisis económica, para la que no hay soluciones mágicas.
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