Desembarco de los «barones» del PP en la campaña

Madrid- La situación excepcional a la que el presidente de la Generalitat, Artur Mas, ha llevado  estas elecciones autonómicas obliga a los partidos a desplegar estrategias también excepcionales. En el caso del PP, vuelve al modelo de campaña con una fortísima implicación de su dirección nacional, encabezada, lógicamente, por el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy. En los últimos años, el PP catalán ha ido ganando espacio en el discurso y en la estrategia propia, marcando incluso el paso a Génova en algunas cuestiones. La dirección catalana sigue ejerciendo esa autonomía, pero en esta ocasión se ha considerado más conveniente desde el punto de vista electoral darle un mayor perfil  nacional a su campaña. Esto tendrá consecuencias en el mensaje y también en la participación de los principales barones del partido en los mítines de las próximas dos semanas. 

Rajoy visitará todas las provincias y estará también en el cierre. Además, a la candidata Alicia Sánchez Camacho también la respaldará uno de los valores más en alza dentro del PP, el gallego Alberto Núñez Feijóo, así como una importante representación del Gobierno y de la dirección nacional de su partido. Entre ellos, estarán la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, y los ministros Luis de Guindos, Cristóbal Montoro, Fátima Báñez, Alberto Ruiz-Gallardón o José Manuel García-Margallo. También irán en estas dos semanas a Cataluña María Dolores de Cospedal, Javier Arenas, Esteban González Pons y Carlos Floriano, por ejemplo. 

El objetivo de Génova es que no haya estridencias en el mensaje y que nadie se desvíe de un argumentario en positivo, que combina las advertencias sobre los riesgos que representa Mas con la defensa de la unidad de España y Cataluña. «Tenemos que trasladar a los catalanes el mensaje de que juntos somos más fuertes. Y de que la ruptura no es buena para España, pero tampoco para Cataluña», explican desde Génova. El PP reivindicará en Cataluña su condición de único partido que defiende la Constitución. Pero Ciutadans es un agresivo competidor de los populares a la hora de defender sin complejos la bandera de España. El PP equilibrará más el mensaje, dentro de los límites –explican– que les exige la obligación de gestionar, como partido de Gobierno, el resultado que salga de las urnas. De ahí  que junto con la reivindicación del diálogo el Gobierno tenga ya al mismo tiempo trabajando a toda máquina a su asesoría. Quiere disponer de informes políticos, jurídicos y económicos sobre cómo afrontar la consulta de Mas y sus consecuencias. «Las urnas marcarán el futuro, pero somos plenamente conscientes de que Mas está decidido a seguir hacia adelante. 
Tomaremos las decisiones cuando llegue el momento, no sobre hipótesis, pero el Gobierno tiene que estar preparado para todo», explican en Moncloa. En estas dos semanas, la cúpula popular se desplegará por las cuatro provincias para pedir a los catalanes que frenen en las urnas el proceso de ruptura de Mas. «Fuera hace mucho frío y dentro aún se pueden recorrer muchos caminos. Falta explicárselo a los catalanes», explica un estratega del PP.
 
Fuentes   http://www.larazon.es

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