La independencia supondría una caída del 20% del PIB catalán

 La independencia haría  a los catalanes más pobres, tal y como demuestra el informe «Las cuentas claras de Cataluña» hecho público ayer por Convivencia Cívica Catalana, que argumenta esta afirmación en una caída del PIB autonómico del 20,15% y un aumento del paro del 17,18%. Esta debacle se daría, según el informe, por la gran dependencia de las empresas catalanas del mercado español y las consecuencias  adversas de la independencia  sobre su economía, como serían el llamado efecto frontera, la deslocalización de empresas y el impacto sobre el consumo y la inversión. 

Además, el estudio desmonta el mito del déficit fiscal tan presente en el discurso político de Artur Mas, pues usa «datos inflados con objetivos electorales». El informe destaca que el déficit fiscal que difunde a los cuatro vientos  el Govern de 16.409 millones no es real, sino obtenido a partir de «artificios contables». «Si de 2009 a 2012 el déficit fiscal se ha mantenido como dice la Generalitat, pero los impuestos pagados por los catalanes han descendido un 14%, ¿cómo es posible que el déficit se mantenga igual? Solo es posible mediante una trampa contable, la llamada “neutralización”, una participación de Cataluña en el déficit estatal», explicó Francisco Caja, presidente de la entidad. Añadió que «sin ese maquillaje, el resultado sería de un superávit de 4.015 millones».

Según el informe, la independencia pasaría factura a la balanza comercial con el resto de España, que ahora supone unos ingresos anuales de 48.000 millones, con un saldo comercial positivo de hasta 21.937 millones, mientras que respecto al resto del mundo habría un déficit de 18.329 millones.

Para acabar de entender el efecto negativo de la segregación, el estudio hace referencia también al llamado «efecto frontera» en las relaciones comerciales. Según queda demostrado tras lo sucedido en casos reales de separación política de un territorio y aparición de una nueva frontera, como son los ejemplos Estonia y Letonia o Chequia y Eslovaquia, los intercambios comerciales entre territorios separados bajan del 33% al 66%. Además, una hipotética independencia supondría para Cataluña costes vinculados a la deslocalización de empresas, que  rondarían los 13.632 millones y el consumo y la inversión caerían un 7,86% (16.478 millones). 
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