Reding aclara que si Catalunya se independiza de forma unilateral saldría de la UE


La Comisión Europea ha aclarado su posición ante una hipotética declaración unilateral del Parlamento de Catalunya sobre la independencia de esta comunidad si se produjera sin el acuerdo de las Cortes españolas que representan la soberanía de todos los españoles.
La comisaria europea de Justicia y Derechos Fundamentales, Viviane Reding, ha dejado claro su posición y la de la Comisión Europea en una carta dirigida al Gobierno español que coincide "plenamente" con sus tesis sobre una hipotética secesión unilateral de Catalunya, lo que implicaría una exclusión inmediata de la Unión Europea y obligaría al hipotético nuevo Estado a empezar un proceso de adhesión, en el que España tendría derecho de veto, según la misiva de la alta funcionaria europea que ha sido publicada hoy por el diario El País.
La vicepresidenta comunitaria envió una carta oficial al Gobierno español el pasado 4 de octubre, como respuesta a otra que había enviado previamente el secretario de Estado para asuntos comunitarios, Íñigo Méndez de Vigo, después de que la comisaria asegurara en unas declaraciones al Diario de Sevilla que en ningún lugar estaba escrito que Cataluña tuviera que quedar excluida de la UE en caso de que se independizara.
En su misiva, Méndez de Vigo afirma que, según los Tratados de la Unión Europea, queda claro que una Cataluña independiente debería iniciar de nuevo los procesos de adhesión:
"A efectos puramente dialécticos, si la Constitución española fuera efectivamente modificada para permitir la celebración de un tal referéndum y si a resultas de la misma surgiera un Estado independiente, éste no formaría en ningún caso parte de la UE. Así resulta del artículo 52 del Tratado de la UE, en el que se enumeran los Estados miembros a los que se aplican los Tratados, entre ellos el Reino de España. Por ello, ese hipotético nuevo Estado debería, a tenor de lo que establece el artículo 49 del Tratado de la UE, solicitar la adhesión y obtener una decisión favorable del Consejo, por unanimidad, debiendo ser el Acta de Adhesión ratificada por los Parlamentos de todos los Estados miembros".
Según ha desvelado hoy El País, La Comisión Europea insiste en no tomar una posición clara en público. “Son asuntos internos”, contestan en la Comisión. Pero en privado, sí hay un documento en el que el principal representante de la Comisión en este asunto —la vicepresidenta y comisaria de Justicia, Viviane Reding— asume las posiciones del Ejecutivo español, que sostiene que Catalunya en ningún caso podría independizarse de manera unilateral y seguir en la UE.
Reding envió el pasado 4 de octubre una carta al Gobierno español en la que trataba de explicarse a propósito de unas declaraciones suyas en las que no dejaba clara la postura de la Comisión Europea sobre la hipotética posibilidad de que una Catalunya independiente, declarada de forma unilateral, permanezca o no en la UE. 
En la misiva, la comisaria no solo “lamenta” la interpretación que se dio en España a sus palabras, en las que señalaba que “ninguna ley dice que Cataluña deba salir de la UE si se independiza” y dice que ha mandado una rectificación. Y añade: “Quiero que no quede ninguna duda sobre mi posición, que es igual a la posición expresada por el presidente Barroso en nombre del Colegio, y que coincido plenamente en el análisis del marco constitucional europeo que desarrollas en tu carta”.
Ese “coincido plenamente en el análisis que desarrollas” se refiere a una carta de Íñigo Méndez de Vigo, secretario de Estado para la Unión Europea, a la que ella está contestando. Y él es absolutamente tajante sobre la imposibilidad de que Cataluña se independice dentro de la UE.
Él señala que “el artículo 4.2 del Tratado de la Unión Europea es terminante cuando señala que la Unión deberá respetar las estructuras fundamentales constitucionales y políticas y la integridad territorial de los Estados miembros, cuya determinación es competencia exclusiva de éstos.
En consecuencia, la UE no puede reconocer una declaración unilateral de independencia de una parte de un Estado miembro”. Esto es lo que Reding asume en su carta y lo deja claro porque se posiciona en favor de la soberanía de un Estado miembro -España- cuya organización territorial depende de un marco de decisión y de negociación doméstico rechazando así cualquier decisión unilateral de un territorio interno de un Estado puesto que los tratados actuales respetan las soberanías de los estados miembros de la Unión Europea.
La respuesta de Reding a esta posición es contundente: "Quiero que no quede ninguna duda sobre mi posición, que es igual a la posición expresada por el presidente Barroso en nombre del Colegio, y que coincido plenamente en el análisis del marco constitucional europeo que desarrollas en tu carta".
Esta contundencia expresada por la comisaria Reding contrasta con la ambigüedad con la que respondió a esta pregunta Joaquín Almunia, comisario de Competencia y también vicepresidente de la Comisión Europea, la semana pasada en Barcelona.
"No se puede dar una respuesta tajante en decir que si alguien se segrega, se queda fuera y no sabemos nada más de él por los siglos de los siglos. No es así", afirmó Almunia.
Oficialmente, la postura de la Comisión Europea es que cada caso debe tratarse individualmente y que solo se pronunciará en el caso de que España pida formalmente su opinión.
En privado, no obstane, fuentes comunitarias observan con preocupación no solamente sus derivadas políticas e institucionales, sino también la inestabilidad que un proceso de secesión puede provocar en la economía española, que ya ha pedido un rescate para sus bancos y podría pedir otro para el país.


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