Casals: “Tendremos el Estado que merecemos”

“Coyuntura propicia”, “buen camino” y “clamor” fueron las expresiones utilizadas ayer por la presidenta de l’Òmnium Cultural, Muriel Casals, para referirse al momento político actual en la lección inaugural del Institut d’Estudis Ilerdencs que ofreció ayer en Lleida. El título Catalunya: nació, país i estat no dejaba lugar a dudas sobre su clave soberanista, aunque evitó deslizarse del sentido más “académico” a la “proclama”. 

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Eso sí, antes de subir a la tarima, Casals respondió con contundencia a las preguntas de los periodistas sobre la voluntad de “españolizar a los alumnos catalanes” expresada ayer en el Congreso por el ministro de Educación, José Ignacio Wert: “Están haciendo un mal favor a la democracia española, tenemos que separarnos de los españoles para que no hagan cosas tan feas”, aseveró. (Más información en la página 15).
Casals advirtió que la consecución del objetivo independentista “no será fácil” y llamó a “tener paciencia” porque “es posible que las cosas no vayan siempre al ritmo que quisiéramos”. Aún así, llamó a la sociedad catalana a ser “tenaz” porque hasta ahora “Catalunya ha funcionado sin Estado o con un Estado en contra”.
Ya en materia económica, realizó un repaso al proceso de industrialización catalana y señaló las faltas de un Estado propio y de un mercado suficiente como las principales rémoras del desarrolo catalán. “Es conocida la historia del proteccionismo catalán sobre el mercado español, pero no nos benefició, sino al contrario, nos impidió abrirnos a otros mercados”, indicó.
Casals “reinterpretó” la historia y se demandó si el acceso a la tecnología foránea y la competencia no hubieran dotado al país de mayor “eficiencia”. Eso sí, como vehículo para salvar estas dificultades, señaló el acceso a “trabajo barato” a través de diferentes “oleadas” de inmigración desde el resto del Estado. “En Catalunya, la pobreza se importa”, mantuvo, para elogiar también el buen funcionamiento del “ascensor social”. En su opinión, el acceso a mano de obra barata provocó comportamientos “malsanos” como el desvío de recursos a actividades como la construcción. “Pertenecer al Estado español nos aislaba y nos limitaba. España era una sociedad pobre”, resumió.


Fuentes: http://www.lamanyana.es

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