Tensión en el Govern por diferencias en la estrategia para hacer la consulta

La estrategia del Govern para llevar a cabo la consulta soberanista y la interpretación de la apuesta de Artur Mas por el diálogo con el Gobierno español está haciendo aflorar las primeras tensiones en el Consell Executiu. No todos los consellers piensan igual, y algunos de ellos no han tenido inconveniente en mostrar públicamente sus diferencias. Si el lunes el de Justícia, Germà Gordó, veía imposible la consulta sin un acuerdo previo con Madrid, ayer el de Presidència y portavoz del Govern, Francesc Homs, fijó la posición oficial: el Govern está decidido a celebrar la consulta.

Apenas veinticuatro horas después de que Gordó declarara que no ve "otra manera de celebrar la consulta si no es en el marco de un acuerdo con el Estado", Homs no dudó en contradecirle: "Declaraciones hay muchas, pero el guión del Govern son todos los acuerdos firmados, el programa electoral de CiU, el pacto de legislatura con ERC y las dos declaraciones del Parlament, y de aquí no nos moveremos". Unos acuerdos que prevén la consulta en el 2014, aunque con la posibilidad de retrasarla si CiU y ERC se ponen de acuerdo, y que sitúan el 2013 como el periodo para definir los marcos legales que la ampararán y para abrir un proceso de negociación y diálogo con el Estado español que permitan celebrarla. "Ahora estamos aquí", de modo que la idea de que "la consulta se hará sí o sí" se mantiene plenamente vigente, recalcó el titular de Presidència, que quiso dejar claro que, en su condición de portavoz del Govern, la postura oficial era la suya y no otra: "La posición del Govern es ésta", remachó.

Los consellers de Justícia y Presidència son dos hombres de la máxima confianza del presidente de la Generalitat, pero no por ello con criterios coincidentes. La postura de Gordó era, en este contexto, conocida en el seno del Consell Executiu, aunque sorprendió que la verbalizara en público. En cualquier caso no es el único que la defiende. Al menos los miembros del gabinete de Mas que pertenecen a UDC la comparten plenamente, y de CDC consellers como Santi Vila están haciendo bandera del diálogo y el acuerdo. Josep Antoni Duran Lleida también defendió ayer la postura de Gordó y abogó por "procurar no romper nunca los puentes" entre la Generalitat y el Estado. Es más, sostuvo en RNE que en Europa "no están por la labor de una Catalunya independiente". Lo que obliga, según el líder de Unió, "no sólo a contar con el aval de España, sino de otros Estados" que "no tienen interés" en que haya casos como Catalunya en sus territorios.

A pesar de todo, Homs se esforzó por transmitir una imagen de unidad interna y por negar que la consulta estuviera dividiendo al Govern. "La unión para seguir con el proceso es total, y la prue- ba está en las cosas que vamos aprobando en esta línea", explicó el conseller en alusión a las dos "estructuras de Estado" a las que ayer mismo el Consell Executiu daba el visto bueno: el programa para definir el modelo de la hacienda propia y la memoria de la ley de acción exterior. Lo que vino a decir el titular de Presidència es que lo que existe dentro del Govern son simples "matices" y que estos no alteran un rumbo comprometido con la celebración de la consulta, sobre la que ni siquiera descartó que se ampare en la legalidad catalana.

Las discrepancias internas en el Ejecutivo de CiU fueron pasto de los comentarios del resto de partidos catalanes. El presidente de ERC, Oriol Junqueras, pidió a los consellers que se pongan de acuerdo. Junqueras, quien combina la condición de líder de la oposición con la de socio del Govern, llamó a "no cerrar" ninguna vía, incluso "la declaración unilateral de independencia". 

Más duro se mostró el líder del PSC, Pere Navarro, quien ayer viajó a Madrid para dictar una conferencia en el Foro Nueva Economía, donde acusó al Govern de Artur Mas de estar provocando "inestabilidad" a Catalunya con sus discrepancias internas y de no tener clara su hoja de ruta "para la independencia". Sobre el principio de diálogo entre los gobiernos de Rajoy y Mas, el líder del PSC hizo un llamamiento a permanecer alerta. Una aviso que justificó por su convicción de que Mas "quiere para Catalunya una solución como la de Kosovo", con una declaración unilateral de independencia. 

Una reflexión parecida es la que realizó el portavoz adjunto del PP catalán, Santi Rodríguez, al considerar que el Ejecutivo de CiU no ha virado el rumbo, sino todo lo contrario, y continúa llevando a Catalunya por un camino que conduce al "precipicio", con la creación de una ley de una futura hacienda propia y el impulso de de una ley de acción exterior. "El Govern está obsesionado con el Estado propio y mientras tanto el pacto entre CiU y ERC empieza a recordar a lo peor del tripartito", afirmó. 

Mientras, Dolors Camats, portavoz de ICV, consideró "un poco triste" que se lancen mensajes distintos sobre la consulta desde el seno del Govern, cuando en esta cuestión "no debería haber divisiones". Según Camats, el gobierno catalán tiene el deber y la obligación de hacer cumplir las resoluciones aprobadas por el Parlament, lo que implica "organizar una consulta, empezando por buscar el diálogo y la legalidad, y solo en el caso de que esto no sea posible, contemplar que se pueda ir más allá".

Ciutadans ve el Govern en "proceso de descomposición" y la CUP cargó contra ERC por hacer de "escudero de CiU".

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