RBA presenta su Biblioteca del Catalanisme, que se prolonga hasta la transición
Llum als ulls, força al braç, el verso de El cant de la senyera que sirve para titular la antología de artículos de Joan Maragall sintetiza el sentido de la Biblioteca del Catalanisme iniciada por la editorial RBA en su sello La Magrana. Conocimiento y la fortaleza de la perseverancia. La presentación de la nueva colección congregó a los cuatro últimos presidents de la Generalitat, Artur Mas, José Montilla, Pasqual Maragall y Jordi Pujol. En las primeras filas del auditorio de RBA se sentaban Pere Navarro y Joan Herrera. Todos ellos escucharon con atención el largo discurso de un presentador de alto valor simbólico: Josep Maria Soler, el abad de Montserrat, el monasterio que representa el espíritu del catalanismo abierto e integrador. O el catalanismo transversal, las palabras más repetidas en todo el acto.
El abad, tras recordar la vinculación de la mayoría de los autores escogidos para la colección, desde Torras i Bages a Pierre Vilar, recordó las bases del catalanismo: un proyecto integrador compatible con distintas visiones, un movimiento que acepta las reglas del juego democrático y, por tanto, lleva consigo la semilla del regeneracionismo democrático y, en tercer lugar, el amor a la lengua y la cultura. Pero también alertó sobre la abundancia de los casos de corrupción y la crisis de valores que están en el eje de la crisis económica. Un defecto, no del catalanismo, sino del catalán, dijo, está en el peligro de que "el amor extraordinario a la libertad se extralimite si no se cuenta con una conciencia ética". "Tenemos la máxima urgencia de que todos, en todos los niveles sociales, empecemos a recoser la malla descosida en demasiados lugares". Y lanzó un segundo mensaje: el abad invitó a "sumar esfuerzos para llegar a acuerdos, al diálogo abierto entre todas las sensibilidades del catalanismo para que lleguen las soluciones que toda la sociedad espera". Palabras que fueron recogidas por Artur Mas, quien dijo que el catalanismo es el elemento común que puede unir a las fuerzas políticas.
La colección prosigue la Biblioteca Clàssica del Nacionalisme Català. Ahora se prolonga hasta la muerte de Franco, se rescatan textos inéditos, se amplía a un público no especialista, se contextualiza con estudios de historiadores de distintas sensibilidades y se abre el abanico ideológico. El adjetivo es aquí sustantivo: se recupera el término catalanismo porque, según Jordi Amat, director de la colección, "se trata por una parte de recordar que la voluntad catalana de autogobierno no es una invención reciente, sino que viene de una larga tradición, y, por otra, el término catalanismo es más transversal que el de nacionalismo. La colección incluye textos en los que se plantea la necesidad de tener instituciones que nos representen en un grado variable de proximidad o distancia respecto al Estado central, sin que nadie pueda patrimonializar su legado".
La colección, que tendrá entre 25 y 30 títulos, incluye a autores de todas las tendencias, con prologuistas plurales, como Valentí Puig, Enric Juliana, Borja de Riquer, Josep Fontana o Ucelay da Cal. Entre los cuatro primeros, Notícia de Catalunya, de Vicens Vives, y La nacionalitat catalana, de Prat de la Riba, que fue considerada mucho tiempo como un texto programático del catalanismo, enumerando las prioridades a la hora de construir estructuras de Estado durante la campaña electoral de Solidaritat Catalana, y un prólogo de Ucelay da Cal, en el que el historiador lo compara con los movimientos nacionalistas europeos del momento, de corte imperialista. Habrá textos inéditos, como Tot s'ha perdut (1922-1934), artículos escritos por Gaziel en La Vanguardia y El Sol, en los que, tras el Sis d'Octubre de 1934, cree que los catalanes no sirven para la política; Mentrestant, de Maurici Serrahima, memorias encontradas en el archivo Benet por Jordi Amat. O se recupera la polémica biografía de Cambó escrita en 1920 por Pla, cuando la Lliga quiso captar al autor ampurdanés.
Leer más: http://www.lavanguardia.com/cultura/20130508/54373302686/rba-biblioteca-del-catalanisme.html#ixzz2Sg8w3Bd2
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El abad, tras recordar la vinculación de la mayoría de los autores escogidos para la colección, desde Torras i Bages a Pierre Vilar, recordó las bases del catalanismo: un proyecto integrador compatible con distintas visiones, un movimiento que acepta las reglas del juego democrático y, por tanto, lleva consigo la semilla del regeneracionismo democrático y, en tercer lugar, el amor a la lengua y la cultura. Pero también alertó sobre la abundancia de los casos de corrupción y la crisis de valores que están en el eje de la crisis económica. Un defecto, no del catalanismo, sino del catalán, dijo, está en el peligro de que "el amor extraordinario a la libertad se extralimite si no se cuenta con una conciencia ética". "Tenemos la máxima urgencia de que todos, en todos los niveles sociales, empecemos a recoser la malla descosida en demasiados lugares". Y lanzó un segundo mensaje: el abad invitó a "sumar esfuerzos para llegar a acuerdos, al diálogo abierto entre todas las sensibilidades del catalanismo para que lleguen las soluciones que toda la sociedad espera". Palabras que fueron recogidas por Artur Mas, quien dijo que el catalanismo es el elemento común que puede unir a las fuerzas políticas.
La colección prosigue la Biblioteca Clàssica del Nacionalisme Català. Ahora se prolonga hasta la muerte de Franco, se rescatan textos inéditos, se amplía a un público no especialista, se contextualiza con estudios de historiadores de distintas sensibilidades y se abre el abanico ideológico. El adjetivo es aquí sustantivo: se recupera el término catalanismo porque, según Jordi Amat, director de la colección, "se trata por una parte de recordar que la voluntad catalana de autogobierno no es una invención reciente, sino que viene de una larga tradición, y, por otra, el término catalanismo es más transversal que el de nacionalismo. La colección incluye textos en los que se plantea la necesidad de tener instituciones que nos representen en un grado variable de proximidad o distancia respecto al Estado central, sin que nadie pueda patrimonializar su legado".
La colección, que tendrá entre 25 y 30 títulos, incluye a autores de todas las tendencias, con prologuistas plurales, como Valentí Puig, Enric Juliana, Borja de Riquer, Josep Fontana o Ucelay da Cal. Entre los cuatro primeros, Notícia de Catalunya, de Vicens Vives, y La nacionalitat catalana, de Prat de la Riba, que fue considerada mucho tiempo como un texto programático del catalanismo, enumerando las prioridades a la hora de construir estructuras de Estado durante la campaña electoral de Solidaritat Catalana, y un prólogo de Ucelay da Cal, en el que el historiador lo compara con los movimientos nacionalistas europeos del momento, de corte imperialista. Habrá textos inéditos, como Tot s'ha perdut (1922-1934), artículos escritos por Gaziel en La Vanguardia y El Sol, en los que, tras el Sis d'Octubre de 1934, cree que los catalanes no sirven para la política; Mentrestant, de Maurici Serrahima, memorias encontradas en el archivo Benet por Jordi Amat. O se recupera la polémica biografía de Cambó escrita en 1920 por Pla, cuando la Lliga quiso captar al autor ampurdanés.
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