Mas dibuja un plan para llegar a la independencia en 18 meses
El presidente catalán y líder de CiU, Artur Mas , reveló ayer su plan para proclamar la independencia de Cataluña en el plazo de un año y medio a partir de las próximas elecciones, a las que no puso fecha. En una multitudinaria conferencia en Barcelona, Mas presionar, sin nombrarlos, ERC y el resto de partidos soberanistas para que accedan a formar una lista única con la que presentarse a unos comicios anticipados que, dijo, deben servir para dejar claro si los catalanes quieren o no la independencia. Esta lista única, señaló, no tendría por qué encabezarla el presidente de la Generalitat, sino que la podría cerrar de manera simbólica. Si las urnas marcaran una "mayoría absoluta" independentista, la Generalidad declararía la independencia en 18 meses, después de otros comicios.
Mas abordó la necesidad de convocar unas elecciones como sustitutivo de la consulta legal y pactada con el Gobierno central que no se ha podido hacer. "Ha llegado la hora de utilizar este instrumento", dijo. Con todo, no quiso fijar la fecha y sí que puso la gran condición que debe producirse por no agotar la legislatura en 2016: "Sólo adelantaré las elecciones si son para hacer la consulta", avisó. "Si sólo son para cambiar el Gobierno, no habrá adelanto". En su opinión, los comicios deben servir para saber claramente "si los catalanes quieren un Estado independiente o no". "Tenemos que conseguir que algunos partidos se presenten sólo con un programa [sobre la independencia]", añadió. "Si hay más de una lista a favor del sí a la independencia, debe haber una candidatura que por sí misma obtenga la mayoría absoluta en el nuevo Parlamento", precisó. Eso sí, dejó claro que después de los comicios puede haber pactos entre candidaturas.
La lista que quisiera Mas sería una candidatura "mixta" entre representantes propuestos por los partidos, la sociedad civil y "expertos reconocidos" propuestos por los partidos. Precisó que los ciudadanos que formaran parte se presentarían únicamente para esta ocasión y que luego dejarían paso a los políticos en las elecciones siguientes. Señaló también que la financiación de la campaña se haría mediante una colecta popular. El objetivo de Mas es que el Gobierno saliente de estas elecciones se dé un plazo de 18 meses para constituir un Estado para Cataluña (si los comicios dan una mayoría independentista). En primer lugar, se debería comunicar a las instituciones internacionales y el Gobierno español la voluntad de constituir ese Estado, e inmediatamente se comenzarían a crear las llamadas "estructuras de Estado" catalanas. Al mismo tiempo, se redactaría una Constitución catalana (que sería aprobada la legislatura siguiente). "Todo este proceso debería estar completado a finales de 2016", dijo. Después habría unas nuevas elecciones que coincidirían con un referéndum sobre la secesión. Los aplausos y los gritos de "independencia!" Interrumpieron Mas en varios momentos del discurso.
La Generalitat preparó al milímetro la conferencia del presidente catalán. Se extendieron cerca de 3.000 invitaciones y respondieron a la llamada representantes de todas las fuerzas políticas menos el PP y Ciutadans. La ausencia más notable fue la del portavoz de CiU en el Congreso, Josep Antoni Duran Lleida.
El líder de ERC, Oriol Junqueras, estaba en primera fila y no aplaudió cuando Mas dejó la puerta abierta a no encabezar la candidatura conjunta si eso ayudaba a la unidad política. "Puedo encabezar la lista, pero también la puedo cerrar", dijo. Mas también aseguró que si encabeza la lista y gana con mayoría absoluta no volverá a presentarse en 2016. Este plan pone muy difícil a ERC mantenerse al margen de la lista única, especialmente si es avalado por las entidades independentistas, como la Asamblea Nacional Catalana.
Mas insistió en que no le da miedo convocar elecciones. "Volveremos a poner las urnas siempre que sea necesario, sin miedo a querellas injustas ", advirtió. Ante la situación creada precisamente por la querella por el 9-N, Mas se preguntó si puede esperarse un cambio de actitud del Gobierno central hacia Cataluña. "Personalmente soy bastante escéptico al respecto", consideró. El problema, según dijo, es que el Estado entiende las relaciones en base a la "jerarquía" y la "subordinación". Cuando la Generalitat ha querido romper este marco de relaciones, la respuesta del Estado, según Mas, han sido "las amenazas". Eso sí, aseguró que escuchará las posibles propuestas que puedan llegar desde las instituciones del Estado: "Mi escepticismo no será obstáculo para observar los cambios si se producen". "No seré intransigente", dijo para reforzar la idea de que sigue dispuesto a hablar con el Gobierno español.
Reacción del Gobierno
Los cambios que pide Mas son, en primer lugar, que el Estado acepte negociar un referéndum acordado como el de Escocia. La segunda opción es la reforma constitucional, de la que también duda. "Para que esto vea la luz algunos deberían comerse muchos sapos, y no están acostumbrados", dijo en referencia al PP. En cualquier caso, dejó claro que sólo aceptará una solución que permita que los catalanes puedan votarla. "No podemos decidir en los despachos lo que corresponde a la gente", concluyó.
El Gobierno ha asegurado después de la conferencia de Mas que el presidente de la Generalitat ha hecho "un paso más en su deriva independentista" y le ha advertido que continuará velando por el cumplimiento de la ley. Fuentes de La Moncloa, consultadas por Europa Press, consideran que Mas sigue adelante con su plan independentista "aunque la mayoría de catalanes no le acompaña y que cada vez tiene menos apoyos entre la sociedad catalana.
fuentes http://cat.elpais.com/cat/2014/11/25/catalunya/1416939342_197205.html
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